Las preocupaciones políticas siguen constituyendo un lastre en los mercados europeos, a pesar de esta incertidumbre, focalizada una vez más en el convulso brexit, la actividad inversora en el inmobiliario sigue siendo sólida en Europa.
Las preocupaciones políticas siguen constituyendo un lastre en los mercados europeos, a pesar de esta incertidumbre, focalizada una vez más en el convulso brexit, la actividad inversora en el inmobiliario sigue siendo sólida en Europa.
La actividad de inversión general sigue situándose en niveles históricamente sólidos, pero los volúmenes están disminuyendo ligeramente y cada vez los inversores dan más relevancia a las diferencias entre sectores.
Los precios del sector inmobiliario en España muestran en términos generales síntomas de crecimiento moderado pero vemos clara diferencia entre los diferentes sectores como el residencial o logístico.
La vivienda sigue siendo el segmento preferido. Los mercados nicho de este tipo de activos se desarrollan con rapidez, los precios reflejan que las diferentes ciudades europeas se sitúan en niveles diferentes de sofisticación y consolidación, pero existe una escasez de oferta de inmuebles de uso específico: inmuebles para residencias universitarias, alquiler residencial y activos para el sector sanitario en Europa.
Por otra parte, las oficinas siguen beneficiándose del crecimiento de las rentas, aunque las perspectivas a medio plazo resultan menos intensas y se espera que el ciclo de crecimiento de los alquileres se desacelere a partir de 2020. En España, Madrid presenta una de las expectativas más altas de crecimiento de Europa para los próximos cinco años.
El sector logístico registra importantes incrementos de valor desde mediados de 2017, debido a la considerable compresión de las rentabilidades, al crecimiento de las rentas y al buen tono del mercado de alquiler. En cambio, en el sector retail y oficinas el crecimiento se está ralentizando y los valores rozan el terreno negativo. El crecimiento estructural y cíclico de la demanda ha impulsado los niveles de construcción de producto logístico, que han alcanzado máximos históricos en diferentes mercados: Países Bajos, España y Alemania se sitúan a la cabeja, le siguen los países nórdicos, Italia y Francia.