28 de June, 2018
El sector inmobiliario atraviesa una época de bonanza. Tras varios años de retrocesos a causa de la crisis económica que atravesó España entre 2008 y 2014, la mejora de este mercado en los últimos años es innegable.
El aumento de la oferta residencial y de la compra de vivienda, los bajos tipos de interés, la concesión de más créditos y el incremento de la confianza de los españoles confirman la recuperación del mercado.
Un repunte en los indicadores que está provocando un incipiente nerviosismo en el sector ante una posible nueva burbuja inmobiliaria. ¿Pero hay síntomas para una alarma real? Pues bien, tomemos el pulso al mercado inmobiliario en los últimos meses.
En 2017, en España se produjeron 464.423 operaciones de compraventa de viviendas, un 14,6% más que el año anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Una tendencia que, según el Informe ‘Situación inmobiliaria en España 2018’, elaborado por BBVA Research, se mantendrá este 2018, cuando se espera que la venta de estos inmuebles aumente un 6%, lo que supondría cerca de casi 550.000 transacciones.
Lo mismo ocurre con el mercado hipotecario. Los créditos para la compra de vivienda se mantienen al alza y el Euribor a 12 meses se sitúa en mínimo histórico (- 0,19% en diciembre), lo que ha logrado mantener el tipo de interés para las nuevas operaciones en el entorno del 2,2% y, en consecuencia, ha propiciado que la firma de hipotecas también aumente. Crecimiento sí, pero moderado.
Si bien la compraventa de viviendas subió un 23,1% interanual en enero, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), continúa por debajo de los niveles alcanzados en los años del boom inmobiliario. En concreto, en el primer trimestre del año 2006 se realizaron un total de 230.023 operaciones, casi el doble de las 128.348 viviendas que se vendieron entre enero y marzo de este año.