12 de agosto, 2022
El Índice de Precios de Consumo (IPC) disparó su tasa interanual seis décimas, hasta el 10,8%, su nivel más alto desde septiembre de 1984, según los datos avanzados publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). La subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas, de la electricidad y el comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajaron menos que el año pasado han sido los principales factores del incremento.
El dato de julio, que deberá ser confirmado por Estadística a mediados del mes que viene, supera el pico alcanzado el pasado mes de junio cuando el IPC se situó en el 10,2%, su nivel más alto desde 1985.
Según el INE, la escalada del IPC interanual hasta el 10,8% se debe, principalmente, a la subida de los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad (la cual registró una bajada en julio de 2021) y al comportamiento del vestido y calzado, cuyos precios bajan menos que el año pasado. Estadística destaca también, aunque en sentido contrario, el descenso de los precios de los carburantes.
Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital apuntan a que la inflación es un fenómeno global y una de las principales consecuencias de las tensiones geopolíticas, que están produciendo un incremento continuado de los precios de la energía, especialmente del gas, y también de los alimentos
El INE incorpora en el avance de datos del IPC una estimación de la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), que aumentó en julio seis décimas, hasta el 6,1%, su valor más alto desde enero de 1993. De este modo, la subyacente se sitúa 4,7 puntos por debajo de la tasa del IPC general.