16 de octubre, 2019
Se acabaron los crecimientos de dobles dígitos: ahora es momento de subidas tranquilas y estables, pero evitando el riesgo de acercarse al estancamiento. Después de una etapa de metabolismo violento, el mercado inmobiliario quiere hallar la tranquilidad durante los próximos años.Hasta agosto de 2019 se registraron 354.551 operaciones de compraventa de viviendas, según el Instituto Nacional de Estadística. Es un 2,2% más que el mismo periodo de 2018, un crecimiento alejado de las cifras alcanzadas durante la recuperación económica, cuando el mercado recuperó dinamismo.
Aunque la caída de la actividad en verano es un aspecto difícil de solucionar, los expertos creen que el efecto negativo de la ley acabará desapareciendo, una vez que los profesionales dominen el nuevo sistema de registro.
Las previsiones para lo que resta de año y 2020 son continuar con la normalización del mercado. Seguirá habiendo crecimiento en compraventas, en el entorno del 3% el próximo año, y también de precio, de un 5%.
A septiembre de este año, el encarecimiento interanual había sido del 4,2%, según datos de Tinsa.
Para asegurar el crecimiento estable, los actores del sector continúan buscando maneras de facilitar el acceso a la vivienda. Una de ellas es a través del precio, un factor condicionado en gran medida por el coste del suelo urbanizable. "Es uno de los principales causantes del encarecimiento de la vivienda. Es necesario producir suelo a gran escala allí donde se concentra la demanda y con ese suelo regular el mercado para evitar la especulación", considera el director general de Salas.
Pero también puede conseguirse con modalidades alternativas de acceso a la vivienda, como el alquiler, algo que ha tardado en incorporarse al mercado español pero que ya es muy habitual. Según la consultora CBRE, la mitad de los nuevos hogares en la última década optan por el alquiler como forma de tenencia. Hay 687.000 nuevas viviendas bajo este régimen, una situación que, inevitablemente, ha provocado un aumento significativo de los precios en ciudades como Madrid o Barcelona, con subidas en el entorno del 36%.
Fuente: Expansión