07 de septiembre, 2018
En las principales ciudades como, por ejemplo, Barcelona, Madrid o Palma de Mallorca es dónde se registran los incrementos de precio más significativos. Esta dinámica se ha extendido por parte de la geofrafía española: Valencia, Málaga, Alicante... Aún así, el mercado inmobiliario se está moviendo a dos velocidades, en las ciudades que hemos nombrado anteriormente el precio se ha recuperado dos terceras partes del precio de antes de la crisis, pero en otras las viviendas no valen ni la mitad de lo que costaban en 2008.
Hay una decena de capitales españolas donde la bajada de los precios es superior al 50%. Por ejemplo en Lleida, si en 2008 un piso de 80 metros cuadrados costaba en torno a 170.000 euros, ahora esa misma vivienda ronda los 70.000 euros. Es decir, 100.000 euros menos.
El ajuste de precios también ha sido muy significativo en Guadalajara, Zaragoza, Castellón, Ciudad Real, Ávila, Huesca, Segovia, Albacete y Huelva. En todas ellas, la vivienda cuesta la mitad que hace diez años, mientras que en más de la mitad de las capitales españolas, el ajuste desde máximos es superior al 40%.
Hace diez años daba igual la ubicación, la tipología o el estado de la vivienda, todo se vendía y los precios no dejaban de subir de manera generalizada por encima de los dos dígitos. Hasta que la burbuja explotó. Es por eso que será muy difícil que los precios vuelan a niveles del boom.