La escasez de suministros y la crisis energética ralentizan la obra nueva, impulsan una escalada de precios y amenazan con frenar las compraventas en el sector inmobiliario.
En un entorno de costes de construcción al alza, el estallido del conflicto entre Ucrania y Rusia no ha hecho mas que empeorar los problemas de escasez y sobreprecio de los suministros necesarios para que la edificación residencial siga apuntalando la economía española.
Se han estrechado los cuellos de botella en la cadena de exportaciones desde Rusia, productor de metales clave como el cobre, el aluminio, el paladio, el platino y el níquel, utilizados para la fabricación de acero inoxidable. Además, los elevados costes energéticos afectan a los niveles de producción. En este sentido, la guerra en Ucrania podría llevar a un uso más intensivo de los fondos de la UE para asegurar el suministro de energía.
No hay una correlación directa entre guerra e inflación, pero el conflicto ha afianzado un fenómeno que ya era una realidad. Si bien es cierto que la escalada de la inflación comenzó unos meses antes del inicio de la guerra de Ucrania, las consecuencias derivadas de esta han contribuido a acelerarla. No podemos olvidar que los costes de construcción de una vivienda no ponderan al calcular el IPC, porque son bienes intermedios, siendo lo que más incide los alimentos y productos frescos, además de la energía.
El peor enemigo del sector en estos momentos es la incertidumbre. Por el momento, los promotores están reduciendo márgenes, pero si la situación se vuelve insostenible, tendrán que repercutir la subida a los clientes o paralizar los proyectos. La subida de los costes de construcción ha provocado un parón. Se estima que en torno a un 30% de las obras actuales, y un 40% podrían hacerlo en el futuro. En el mejor de los casos, los plazos de entrega de nuevas viviendas se irán alargando, pero en el peor, veremos empresas caer. Los promotores pequeños y medianos de carácter familiar, si les obligan a aguantar la presión y a no repercutir los costes, quebrarán porque no tendrán caja.
Fuente: ABC