El volumen de inversión inmobiliaria regresa a los niveles anteriores a la pandemia, aunque los activos que más interesan están vinculados a las infraestructuras dedicadas al reparto de mercancías y a las viviendas destinadas al alquiler.
Las
inversiones inmobiliarias han sufrido grandes subidas y bajadas a lo largo de este año. Con el inicio de la pandemia, muchos hablaban de la explosión de una burbuja, pero en realidad en 2021 lo que vemos es algo totalmente diferente: en el segundo trimestre de este año la inversión ha subido un 258% respecto al mismo trimestre el año anterior.
Los inversores están siendo más optimistas, sobretodo en ciertos sectores: el logístico, el residencial destinado al alquiler o el de las oficinas de trabajo más modernas y flexibles. Las
variables inmobiliarias que afectan a la inversión que son los bajos tipos de interés o la disponibilidad de metros cuadrado, permanecen igual que antes. Cosa que hace colocar a España como un lugar idóneo para invertir en este sector.
Aunque estos datos nos muestran que en el año 2020 hubo como un paréntesis en cuanto al volumen de las inversiones, el tipo de inversor, lo que busca y el país de procedencia, ha cambiado un poco como consecuencia de los
efectos de la pandemia.
El
aumento del comercio electrónico y de los envíos de paquetería como consecuencia de los nuevos modelos de consumo, han demostrado la importancia de contar con una infraestructura que pueda satisfacer a estos consumidores: centros logísticos desde donde se pueda gestionar eficientemente el transporte de estas mercancías.
Por lo que hace al sector residencial, la
rentabilidad que ofrece el alquiler y su alta demanda son las razones más importantes que han hecho que esto aumente. La rentabilidad de la vivienda en estos momentos es bastante elevada y se sitúa, de media, en un 5%.
La
reactivación inmobiliaria del sector de las oficinas, esto muy centrado en las dos grandes ciudades españolas, está muy ligada al estado de la campaña de vacunación tan avanzado, puesto que favorece la vuelta a las oficinas.
Fuente: El País