13 de septiembre, 2019
La incesante remontada del precio de la vivienda podría haber llegado a su límite. Madrid y Barcelona son las primeras muestras de este estancamiento. La subida del precio de la vivienda usada aminoró el ritmo en las dos grandes capitales españolas durante el primer semestre, alcanzado un crecimiento del 8,5% (2.720 euros por m2) en Madrid y del 1,37% (3.190 euros por m2) en Barcelona.
El precio de la vivienda en España ha decrecido un 33,27% desde los máximos alcanzados a finales de 2006, cuando el metro cuadrado llegó a rozar los 3.500 euros. Según el estudio, el precio de la vivienda usada en el conjunto de España experimentó un crecimiento moderado del 7,05% en tasa interanual, con un precio medio de 2.363 euros por metro cuadrado. En la capital española, el precio venía a crecer un 16,62% en el segundo semestre de 2018 y Barcelona había visto subir el precio un 5%. Pese a ello Barcelona sigue siendo la ciudad más cara.
No obstante, las ciudades españolas evolucionan a dos velocidades. Algunas aún se «están recuperando del precio perdido durante la crisis» y otras «ya presentan síntomas de agotamiento. La ralentización está afectando primero a las ciudades que han vivido los mayores repuntes. Sin embargo, en seis meses el crecimiento se moderará aún más e incluso tenderá a la bajada de precios.
Otros factores apuntan al estancamiento del sector. Uno de ellos es la ralentización del importe de las hipotecas, cuya cuota mensual se estabiliza y se situó en 459 euros al mes. Los precios también podrían entrar en una espiral de caída constante. El frenazo de la economía y un posible empeoramiento del mercado del empleo pueden poner en peligro las ventas a inversores, que han llegado al 26,9% en el primer semestre del año, por debajo de los dos últimos años. Estos no comprarán si no tienen incentivos o arrendatarios que alquilen, por lo que el mercado entraría en parálisis. Una reducción que ya se ha producido en la venta de coches.